lunes, 30 de noviembre de 2009

Comentario del Evangelio del 6 de diciembre 2009

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SCJ

Primera Lectura: Baruc 5, 1-9
Dios mostrará tu esplendor

1 Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios,
2 cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno.
3 Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo.
4 Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: "Paz en la justicia" y "Gloria en la piedad".
5 Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente hasta el occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos.
6 Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real.
7 Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios.
8 También los bosques y las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios,
9 porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia.


Salmo responsorial: 125
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres

Segunda Lectura: Filipenses 1, 4-6. 8-11
Que lleguéis al Día de Cristo limpios e irreprochables

4 Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes,
5 pensando en la colaboración que prestaron en la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora.
6 Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús.

8 Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús.
9 Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión,
10 a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo,
11 llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios.


Evangelio: Lucas 3, 1-6
Todos verán la salvación de Dios

1 El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Lisanias tetrarca de Abilene,
2 bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto.
3 Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados,
4 como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Una voz grita en el desierto: Preparen el camino al Señor, allanen sus senderos.
5 Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos.
6 Entonces, todos los hombres verán la salvación de Dios".

Comentario al Evangelio

Cuando tenía unos veintiuno-veintidos años fui APJ de la etapa de Anuncio (jóvenes entre 14-15 años) y teníamos que explicar en qué consistía el Adviento. Dos de mis compañeros estudiaban Arquitectura, e ideamos una dinámica para ir allanando el camino para que Dios llegara a los hombres. Había fichas de tractores, camiones llenos de tierra, montañas, ríos... Llegado el día de la reunión, yo no asistí por algún catarro o gripazo de esos que me suelen dar. Me dijeron que los "niños" se lo pasaron bien... pero mi preocupación era si habían entendido la dinámica: que cada uno ha de preparar el camino para que Dios llegue a sus vidas.

Hoy, en el Evangelio, nos encontramos con dos profetas: uno que anuncia y otro que empieza a trabajar. El que hace el boceto del proyecto y el que empieza a trabajar sobre el terreno.

Lo cierto es que Dios llega, estén los valles levantados o abajados, estén las montañas aplanadas o tan altas como siempre. Lo importante es saber qué es lo que estamos haciendo nosotros, cómo va nuestra obra de ingeniería civil: si está parada o si estamos trabajando responsablemente, qué es lo que realmente pretendemos: abrirle el paso, facilitarle al Señor el camino para que llegue a nosotros y al mundo, o todo lo contrario.