domingo, 8 de noviembre de 2009

La fuerza de la Comunidad

Cuando una Comunidad de Vida se reúne en convivencia para revisar los proyectos personales de cada uno, pueden pasar dos cosas: que nos pongamos a hablar de la densidad de la baba del caracol o de temas verdaderamente serios e importantes.

Y hoy, en la convivencia que hemos tenido, hemos hablado de temas serios, de vivencias de fe, y he percibido la Fuerza que hay en la Comunidad a pesar de las bajas (temporales y definitivas) de algunos miembros.

Amo tiernamente a cada uno de mis hermanos, porque nos hacemos transparentes y dejamos ver nuestro lado más humano, nuestra pobreza, nuestras cruces y también descubrimos cómo la Gracia de Dios va trabajando en cada uno de nosotros, según cada uno le deja.

Dios mío, yo te doy las gracias por cada uno de los hermanos de fe que has puesto en mi camino. Te pido por las necesidades de cada uno de ellos, para que cubras sus carencias y enriquezcas su fe, para que sobreabunde tu Gracia entre nosotros y podamos ser testigos tuyos allí donde nos has puesto. Aumenta nuestra fe y el amor que por Ti sentimos, que nuestras obras sean signo visible de tu Presencia Viva y Activa en este mundo, para que todo el que nos vea nos reconozca como siervos y servidores tuyos, y por nuestras obras se conviertan a Ti. Amén.