lunes, 2 de noviembre de 2009

Comentario al Evangelio del 8 de noviembre 2009

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SCJ

Primera lectura: 1 Reyes 17, 10-16
La viuda hizo un panecillo y lo llevó a Elías

10 En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: "por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba".
11Mientras iba a buscarla le gritó: "Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan".
12Respondió ella: "Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos".
13Respondió Elías: "No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.
14Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra"."
15Ella se fue, hizo lo que había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo.
16Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.


Salmo Responsorial: 145
Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos./ El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos,/ el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados./ El Señor reina eternamente,/tu Dios, Sión, de edad en edad. R.


Segunda lectura: Hebreos 9, 24-28
Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos

24 Cristo ha entrado en un santuario no construído por hombres - imagen del auténtico- sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
25Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces -como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena;
26 si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces desde el principio del mundo-. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
27 Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.
28 De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan para salvarlos.


Evangelio: Marcos 12, 38-44
Esa pobre viuda ha echado más que nadie

38 En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: "¡Cuidado con los escribas!Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas,
39 buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;
40 y devoran los bienes de las viudas, con pretextos de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa".
41 Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad;
42 se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
43 Llamando a los discípulos, les dijo: "Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie.
44 Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".


Comentario al Evangelio


Hay dos temas en este Evangelio que me gustaría tratar, brevemente: por un lado el Afán de protagonismo y el otro es la conciencia que como católicos tenemos de sostener a nuestra Santa Madre Iglesia.

"Ser popular" es la principal preocupación de los adolescentes norteamericanos (en Disney Channel hay ejemplo de ello en todas las series), y por empatía, de todos los adolescentes occidentales y de mucha gente más entrada en años y que ya peina sus canas. "Ser popular" implica ser admirado (y también detestado) por todo el entorno, que para tener su sitio entre la gente chic, trata al "popular" con pleitesía y pelotilleo, y muchas veces, a costa de la propia pérdida de dignidad.

Esta popularidad, mal llevada, conduce a la extravagancia y a un endiosamiento de la persona (en todas esas series hay una persona popular, caracterizada por ser terriblemente tonta/o a la par que guapa/o) , y llevado al tema de la religión, puede ser una catástrofe, porque le quitamos el protagonismo Al que lo debe tener para dárselo al que no lo debe tener. ¿Y qué ocurre entonces? Pues que se reproduce lo que Jesús enseña a sus discípulos: Gentes muy "sabidas" de sí mismas -letrados- dándose aires de superioridad, buscando el halago, el protagonismo... sea en grupos, parroquias, diócesis, o en el mundo entero. Todos conocemos casos y somos conscientes del terrible daño que le causan a la Iglesia.

Con el tema de la concienciación del sostenimiento de la Iglesia, lamentablemente, hay que decir que son muy pocos los que lo están. Muchos piensan que echando 1 € en la colecta dominical (o sabatina) ya cumplen, pero Jesús, en este Evangelio deja muy claro de cuánto debe ser nuestra ofrenda.

Todos tenemos a lo largo de la semana un montón de gastos superfluos, innecesarios y de los cuales podríamos prescindir. La cuestión es: ¿Soy capaz de sacrificarme o cedo a mis caprichos?

¿Y de cuánto es nuestra ofrenda? No lo pregunto por la cantidad, sino por el auténtico valor que tiene. La Iglesia necesita más que un triste euro para poder llevar adelante tantas tareas que, de otra forma sería imposible hacerlo... Ciertamente, estamos en un tiempo en el que le damos al
Señor de lo que nos sobra, no de lo necesitamos para vivir... Y siento que nuestra ofrenda le parece una total porquería.

Ponerlo a Él en primer lugar de importancia en todo, nos obliga a darlo todo: nuestro tiempo, nuestras fuerzas, nuestro dinero, nuestros bienes, anteponerlo a nuestra familia si fuera preciso... Darnos cuenta de que nada es tan importante como Él y que nada nos recompensará más que trabajar por su Reino.

Nuevamente, vuelve a resonar en mi memoria la canción "Sólo hay una cosa importante", de la hermana Glenda. Que mis pobres reflexiones que, como católica de a pie, he escrito te ayuden durante esta semana.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío