El lunes, el tema era la Campaña contra el hambre. En la planificación que hicimos hace unos cuantos meses se propuso tener una "merienda del hambre", para que los niños (y los padres) pudieran tener una mini-experiencia de "jilorio", como decimos por aquí a las ganitas de comer.
Una de las compañeras me mandó un email avisándome que la merienda planificada al final no se haría, y que el párroco se encargaba del tema, porque tenía un vídeo.
Llegué a las 5 de la tarde y no sabíamos cómo preparar la sala (porque ya tenemos la experiencia de tenerla preparada y tener que cambiarla sobre la marcha), el párroco llegó a las 6 menos 5 (la reunión empieza a las 6). Nos explicó por encima el vídeo que iba a poner, para que pudiéramos conducir la reunión posterior en nuestros grupos.
Terminó de preparar el ordenador con el retroproyector a las 6 y 20... así que guitarra en ristre, me puse a cantar con los niños (y padres) en lo que arrancaba el vídeo... y no arrancó... Me acordé de la cantidad de veces que en mi otra parroquia se quiere poner un vídeo tras la Homilía y ver a los sacerdotes trabajando desde una o dos horas antes, probando el sonido, ajustando la imagen a la pantalla, probando que el vídeo o el power point funciona e incluso proyectándolo, para ver que todo está bien...
En lo que regresaba al despacho para buscar otro vídeo, cogí la guitarra y me puse a cantar otra canción (si en verdad Dios te ama bate palmas...) y a animar diciéndoles a los niños ¡¡¡Uyyyy!!! ¡¡¡Qué poquito les quiere Dios!!! para que aplaudieran más fuerte.
Vale, un vídeo sobre un niño que tapona una colmena y el colegio se queda sin flores... (¿?¿?¿?¿?¿??¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?)
(Así es como nos quedamos todas... las catequistas, claro).
Los padres sacaron algunas conclusiones en claro: que hay que saber cómo ayudar, que no toda ayuda es útil si perjudica a los demás, etc (el Espíritu sopló en los padres, gracias a Dios).
Luego les comenté cómo iba a ser la programación de las próximas semanas y hablé con algunas madres que tienen problemas para acceder al grupo de Google donde les cuelgo los temas y les mando actividades para hacer con los niños (oraciones, principalmente).
Reconozco que metí la pata hace dos semanas, porque al comentarles que no dedicaran el tiempo de las reuniones a hablar de fotógrafos, sino que emplearan, si querían el lunes que tenían libre, pues se tomaron la palabra sin comentarme nada, de tal forma que se reunieron ya con uno y el párroco, al no estar informado, se mosqueó con todo el mundo. Al saber que la idea era mía (tierra trágame) se relajó un poco, pero ya ha hablado conmigo y yo con ellos, para que le avisen por lo menos.
Puede que cause risa, pero yo sí siento que los santos patrones del grupo están orando por él.